Hay quien cree que celebrar los aniversarios de apertura de tu negocio es una pérdida de tiempo y dinero, sin embargo a mí siempre me han salido rentables en muchísimos sentidos y aconsejo estos eventos con los ojos cerrados.
El último que hice fue en el restaurante que tenemos en Madrid, cumplía 5 años de apertura y encima caía en sábado, así que me pareció que esa fecha tenía que ser sonada. Sin embargo, lo que siempre he tenido claro es que soy una mujer de negocios y que no voy a invertir un dinero en algo que no me va a reportar absolutamente nada así que tuve que pensar hasta el más mínimo detalle.
Pedí permiso al ayuntamiento, previo pago, para cerrar la calle a la que da la entrada del restaurante. Esto es algo que sólo puedes pedir si hablamos de una calle pequeña, poco transitada y que no dificulta la entrada y salida de vehículos de garajes particulares o públicos, ni el tránsito de los mismos para llegar a ciertas zonas de la ciudad. Es decir, que no puedes pedir cerrar al tráfico una avenida, ni una calle con garajes, ni un paso muy circulado de vehículos o peatones. El permiso me fue concedido en un par de semanas y fue entonces cuando pusimos en marcha todo el proyecto.
A pesar de que mis cocineros son unos auténticos artistas haciendo paellas (tengo a uno valenciano de pura cepa) no tienen demasiada experiencia haciendo paellas gigantes, así que contraté los servicios de Paellas Gigantes Rossini e hicimos dos paellas inmensas en medio de la calle que repartíamos gratuitamente a cualquier persona que quisiera acercarse hasta el evento, desde la 13:30 y hasta fin de existencias. Pusimos además dos barras enormes donde podían comprar bebida y varios aperitivos y tapas, tipo ensaladilla, aceitunas, patatas brava o alioli, almendritas fritas y cosas así. Y, por supuesto, empapelamos la ciudad con publicidad del evento, repartimos flyers, dimos invitaciones con descuentos para las bebidas y montamos una rifa en la que sorteábamos una cesta enorme con un jamón, una selección de embutidos, dos botellas de vino, varios tipos de patés gourmet y un cheque-cena para dos personas en el restaurante con el menú más exquisito de toda nuestra carta.
Beneficios
Al principio nos abrumamos un poco porque no esperábamos a tanta gente, se llenó hasta los topes y las paellas se acabaron en una hora escasa pero, aun así, la gente seguía llegando, comprando tapas y bebidas y echándose unas risas al sol (nos salió un día estupendo, lo que ayudó muchísimo). Al final, tras descontar gastos de todo tipo, conseguimos un beneficio de 300 euros, lo que puede no parecer relevante pero lo importante es que conseguimos promocionar el restaurante, agasajamos además a nuestros clientes haciendo que se lo pasaran muy bien una mañana de sábado, conseguimos nuevos clientes e hicimos que el restaurante se conociese, al menos por unos días, en toda la capital, y todo a COSTE CERO. ¿Eso son o no son beneficios?
Tenéis que tener en cuenta que lo principal en este tipo de actos es fidelizar clientela, atraer a nuevos clientes potenciales y hacer imagen de marca. Si consigues hacer todo eso sin gastarte un euro os puedo asegurar que el evento ha sido todo un exitazo, y los 300 euros de más que obtuvimos son sólo un extra que luego repartí entre mis empleados a modo de “propina”, por lo que además les hice felices un rato. Luego supe que se habían ido de cena con esos 300 euros, por lo que además me salió perfecto para que fomentaran un poco las relaciones sociales entre ellos. Todo un lujo y totalmente recomendable.