Camino por la Gran Vía de les Corts Catalanes una mañana de lunes cualquiera busco un bar, necesito un café con algo de comer con urgencia. Por las prisas, no he desayunado en casa y tengo que parar a comer algo. Cuando entro en el primer bar que me inspira calidez y confianza me siento y pido mi desayuno. Entonces, me fijo en una maniobra publicitaria de dos empresas dispares, que nunca se me habría ocurrido. Esta cadena de Spa en Barcelona y el bar en el que me encuentro se han unido para llevar a cabo una promoción: por la décima caña que el camarero del bar te selle en una cartilla de fidelización, el spa te regalará