Acudir a cenar o a comer con los amigos a un restaurante suele ser algo que relacionamos simplemente con el ocio, con pasar una buena velada, con disfrutar de la comida y de la conversación. Pero no siempre este tipo de quedadas acaban bien, no porque la compañía sea mala, sino porque a veces sucede que sufrimos algún accidente por el mal cuidado de las instalaciones o porque nos dan una comida en mal estado.
En esto caí hace poco cuando una noche tuve que llevar a mi hermano a urgencias del hospital porque se encontraba mal después de cenar en un asador. Venía de celebrar con sus compañeros de escudería una victoria en un rally. Nuestra sorpresa fue tremenda cuando allí en la sala de espera nos encontramos con más de sus amigos, y todos con los mismos síntomas. Tenían todos un fuerte dolor de estómago y una gastroenteritis infernal. Estaba claro que habían sido intoxicados con la comida en el mismo restaurante, ya que era esa cena era el denominador común entre todos.
Con el tiempo y con la ayuda de algunos de los trabajadores del restaurante, acabamos enterándonos de que hacía poco en el restaurante se les había ido la luz, pero ellos no habían servido esa comida, sino que la habían dejado dentro del frigorífico, que no funcionaba sin electricidad, por lo que se había puesto mala.
Por suerte, al ver que eran varios los compañeros que se encontraban en urgencias por el mismo motivo, tuvimos la idea de pedir un parte de lo ocurrido al médico para poder presentar una reclamación, gracias a la que fuimos indemnizados por daños y perjuicios.
Y esta es una de las posibilidades que pueden ocurrir cuando vas a un restaurante y debemos saber actuar en caso de que suceda. Las caídas en supermercados, tiendas, pescaderías, aparcamientos subterráneos y gasolineras por falta de iluminación o líquidos deslizantes, incumplimiento normativas (alturas de los techos, escaleras, falta de elementos de seguridad), así como los problemas con la comida, el aforo o la bebida, pueden ser objeto de reclamación. Todos los comercios están obligados a contratar una póliza de responsabilidad civil que cubre las indemnizaciones de los accidentes en estos establecimientos, y nosotros debemos ser conscientes de esto.
Hay que tener en cuenta que para la obtención de una sentencia favorable será necesario acreditar la realidad y el alcance del daño que ha sufrido o padecido (bien sea físico o económico) y además se deberá concretar que la actuación fue por negligencia, dolo u omisión de la otra parte y demostrar, obviamente, que el daño sufrido guarda una relación directa con la actuación del responsable.
Muchas veces el mal rato es tan importante que lo único que queremos es olvidarnos del tema y no pensar más en él, pero sería una tontería tirar por la borda nuestros derechos. Lo mejor, como hicimos nosotros, es contratar un abogado que se encargue de todas las reclamaciones necesarias, así como del papeleo. En nuestro caso optamos por la consultoría jurídica Trustlaw, y quiero aprovechar para recomendárosla porque nos funcionó muy bien.
Con este grupo de abogados de Madrid, el cliente dispone de los mejores medios para enfrentarse las grandes compañías aseguradoras. Además, sin desembolso previo alguno, Trustlaw pone a disposición de sus clientes el asesoramiento de expertos abogados y asesores especializados en reclamación de accidentes, responsabilidad civil o penal y el conocimiento de un equipo médico que valorará las lesiones.
Trustlaw nos consiguió la máxima indemnización acorde con el perjuicio sufrido y estamos muy contentos tanto con el resultado final como con el proceso tranquilo, así como con la atención recibida por parte de este bufete madrileño que se encargó de nuestro caso.