La gastronomía valenciana es rica en platos tradicionales, sobre todo su amplia variedad de arroces típico, principalmente la famosa paella.
Cuando las temperaturas empiezan a subir apetecen mucho más los platos de esta comunidad experta en arroces, pero, no solo en eso, también en el que es uno de mis postres favoritos.
Hace mucho que soy una fan acérrima de la horchata. Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que probé este refrescante y delicioso dulce. Fue en un sitio especializado en preparar horchatas que hay en Denia.
Estaba de vacaciones con mi hermana, nos estábamos quedando en un apartamento cerca de la playa que habíamos encontrado gracias a Romerplaya, así que nuestros días consistían en playa y tardes de horchata. Fue un verano de esos azules y refrescantes. Nada que ver con quedarse en Madrid.
Desde que descubrí la horchata no hay verano que no me apetezca, creo que junto con el gazpacho son las dos cosas que más disfruto, en lo gastronómico, claro.
No me extraño que este sea el dulce valenciano más internacional y su mayor seña de identidad junto con sus arroces. Se elabora con agua, azúcar y chufas molidas. A veces se utilizan potenciadores de sabores como canela o la piel del limón.
Su lugar de procedencia es Alboraya, donde se encuentran las mejores horchaterías del mundo. Una amiga valenciana me contó la leyenda que explica de dónde le vienen el nombre a esta deliciosa y refrescante bebida. Al parecer, una aldeana le llevó al Rey de la corona de Aragón, Jaime “El Conquistador” un poco de horchata. Al rey le encandiló el sabor y le preguntó qué era. La chica respondió que era leche de chufa, a lo que el rey le exclamó “Aço no és llet, açoes OR, ¡XATA!”
Receta de la Horchata
Como no podía ser de otra manera, ese verano no abandoné Valencia sin la receta de esa magnífica bebida. No solo es riquísima también es bastante fácil de preparar y al hacerla con ingredientes naturales siempre gana ese plus de lo hecho en casa.
Para prepararla tan solo se necesitan 250 gramos de chufa, 1 litro de agua, 125 gramos de azúcar. Una vez reunidos todos los ingredientes ponemos las chufas a remojo, a continuación que se hidraten y esponjeen. Esto durante unas 24 o 48 horas. Después, cambiamos el agua varias veces para eliminar las impurezas que pueda tener el fruto.
Pasado un tiempo, ponemos las chufas hidratadas en un recipiente con un poco de agua y empezamos a triturarlas poco a poco con la batidora. Poco a poco irá saliendo la leche de la chufa o la horchata.
Después añadimos azúcar y el resto del agua al recipiente y mezclamos enérgicamente. La metemos en la nevera un par de horas, lo que consideremos para que nos quede bien fresquita y voilá, hemos conseguido ese oro veraniego que además de estar riquísimo refresca un montón.
Sin duda, fue uno de los mejores regalos que me ofreció la Comunidad Valenciana, además de sus estupendas playas.