Mi familia ha vivido toda la vida de la hostelería, ya demás con orgullo. Sabemos, por experiencia, que hablamos de un sector muy esclavo y realmente duro que, además, no reporta demasiados beneficios, al menos de manera generalizada. Pero aun así es nuestro mundo, y lo extraño de todo esto es que nos gusta. Hace unos meses adquirimos una pequeña finca que queremos usar para eventos pero queremos centrarnos en la comida sana, ecológica y, sobre todo, natural. Por eso vamos a contar con allfruitexport.com para proveernos de fruta y verdura fresca y queremos contar también con magcateirng.com para el tema de los menús y la organización de eventos corporativos sobre todo.
Obviamente es un camino nuevo a recorrer y no sabemos muy bien si tendremos éxito o no pero yo voy a poner toda la carne en el asado porque mi familia me ha nombrado gestora de la finca y, por tanto, responsable de este nuevo negocio.
Soy totalmente consciente de la dificultad que conlleva mover una finca para eventos ya que hay cientos repartidas por toda la geografía española y la competencia es brutal, pero también es verdad que aquí entra el juego la creatividad de cada uno ya que cuando hablamos de eventos, la mayor parte de las veces estamos hablando de bodas y depende mucho de lo que ofrezcas, cómo lo ofrezcas y la originalidad que le pongas a todo, pero sobretodo, la economía.
Si quiero llegar a lo más alto con este negocio no puedo empezar poniendo menús de 100 euros como hace mi competencia más directa, ya que yo acabo de empezar y no soy conocida, por eso he de recurrir a algo más económico y a un precio más competitivo, de modo que (aunque gane menos) consiga clientela y luego ya veremos si puedo subir un poco los precios de los menús.
La clave está en los precios
Tal vez, lo ideal para empezar, no es encarecer el precio del menú por comensal sino, más bien, ofrecer otros servicios a la pareja con los que poder suplir esa rebaja en el banquete. Por ejemplo en decoración, contratación de música, cuidadoras para los niños, animadores, Dj´s, etc. De este modo, si creo menús a 50 euros pero luego la pareja contrata varios servicios adicionales y subo el precio de estos en 10 euros (que no se tienen por qué notar en el grueso de la factura) probablemente supliré la desventaja que me supone crear menús tan baratos.
La idea es la siguiente:
- Menú: 50 euros por comensal
- Decoración: 260 euros en lugar de 250.
- Dj: 200 euros en lugar de 180.
- Cuidadora de niños: 150 euros en lugar de 135.
¿Veis la idea? Al final, si sumáis esos picos de más que ponemos en el precio de los servicios adicionales, obtenemos un total de 45 euros con esos tres servicios que suelen ser fijos en todas las bodas y, por tanto, el menú ya no nos sale a 50 euros, aunque así lo crean los clientes, sino a 95.
Puede que nos funcione o puede que sea un total fracaso porque los clientes no nos contraten esos servicios adicionales y acabemos perdiendo dinero, porque tampoco podemos obligar a nadie a poner un DJ o a decorar el jardín, pero tengo el presentimiento de que todo va a salir bien y tendremos beneficios dentro de poco tiempo.