Si estás pensando en autoemplearte a modo de solución a la falta de empleo y a la crisis económica y eres un amante de la buena mesa, quizás montar un restaurante sea la mejor opción de negocio que se presenta en la actualidad ante ti. Aunque este tipo de empresas están perdiendo clientes debido a que las familias tienden al ahorro en situaciones como la que estamos viviendo, lo cierto es que los españoles somos personas que gustamos de la socialización y del buen comer, y que seguimos dando clientes y clientes a este tipo de negocios. Si como decimos, te gusta cocinar y entiendes un poco del sector, demostrarás tu saber hacer en platos de calidad y harás que el éxito llegue a ti de una manera casi segura.
Si no es el primer negocio de este tipo que abres, sabrás que hay muchas cosas que atender antes de ponerlo en funcionamiento. Primero has de definir muy bien qué es lo que quieres abrir, es decir, qué tipo de restaurante, dónde se va a situar, en qué se va a diferenciar de la competencia, a qué tipo de público te vas a dirigir, con qué precios vamos a trabajar o qué destacaremos. Esto es importante para crear una imagen de marca. Por ejemplo, no vamos a trabajar como una empresa de comida rápida cuando en realidad nosotros queremos diferenciarnos de los demás por ser el único restaurante de lujo de la ciudad. Una vez hayamos decidido esto, debemos registrar nuestra marca y proceder a la búsqueda del local para alquilar o comprar. Un sinfín de gestiones nada sencillas y que conllevan mucho papeleo.
Tenemos también que aclarar lo antes posible qué es lo que vamos a vender en nuestro restaurante, desde comidas hasta bebidas, así como la calidad de las mismas. En función de esto, tendremos que determinar el menú y la carta, así como sus precios. Hay que buscar un equilibrio entre ambos factores, ya que no podemos vender por debajo del precio e incurrir en pérdidas que nos harían quebrar. Asimismo, se trata también de algo a tener en cuenta a la hora de escoger a los trabajadores que estarán en sirviendo y en la cocina, ya que si nos centramos en la cocina italiana, por ejemplo, necesitamos cocineros que dominen dicha especialidad, al igual que camareros que sepan preparar cócteles si queremos ofrecer una variedad que nos distinga por ello.
El personal que vamos a contratar será también, como decíamos, un aspecto fundamental del negocio y no podemos dejarnos guiar por contratar a amigos o familiares. Se trata de un negocio y necesitamos gente que sea profesional y con la que no tengamos ningún reparo a la hora tanto de dar órdenes y exigir una labor de calidad como a la de premiar por su trabajo. Las nóminas, así como darlos de alta en la Seguridad Social, son también papeleos fundamentales.
Una vez tengamos el lugar y el diseño del mismo, debemos salir de compras para hacernos con todo el mobiliario, no solamente las mesas o sillas, sino también tendremos que comprar las cacerolas para la cocina, los servicios, los sistemas informáticos que nos hagan llevar los pagos del local… hasta el teléfono con el que llamemos a los proveedores. Debemos cerrar todo lo necesario para poner en marcha el establecimiento.
Existen más tareas, pero al menos estas son las básicas. Lo que está claro es que hacerlo uno solo es una labor complicadísima, especialmente por todos los trámites legales que debemos ir siguiendo, por lo que desde aquí os recomendamos que contratéis la labor de un especialista para que os ayude a hacer todas las gestiones necesarias. Aunque en un primer momento lo veáis como un gasto, en realidad puede que a la larga suponga un ahorro en tiempo y podáis abrir antes vuestro negocio y empezar a funcionar (por lo tanto, generar ingresos) y dinero, ya que él será, por ejemplo, quien os asesore y os índice que debéis guardar todas las facturas de vuestras compras para después desgravaros el IVA con Hacienda o incluso recomendaros algún tipo de contrato que os resulte más barato por las ayudas que podéis recibir de la Administración.
En BGE Abogados, una de las empresas que más os recomendamos para este tipo de negocios, son conscientes de la dificultad que para el pequeño empresario puede suponer el puntual cumplimiento de las obligaciones fiscales y laborales. Su intención es evitar que una mala gestión de dichas obligaciones pueda derivar en sanciones evitables. Su departamento fiscal y contable ofrece a sus clientes un servicio integral en la gestión de sus empresas, desde el autónomo individual a la PYME. Se encarga de la gestión de la contabilidad de la empresa, así como de la elaboración y presentación de las declaraciones tributarias. Asimismo, confeccionan las nóminas y los seguros sociales de los trabajadores de nuestros clientes. Todo un ahorro de tiempo, dinero y trabajo para los empresarios, quienes realmente deben encargarse de la imagen y las tareas propias de su sector.