Supongo que cientos de parejas en España tendrán los mismos nervios que pasé yo hace un año. La verdad es que el momento en el que decides casarte, es para hacértelo mirar. O acudes a un sicólogo para que te lo quite de la cabeza, o ya estás perdida. Bromas aparte, la verdad es que recuerdo con mucho cariño aquel día, pero si algo recuerdo con más orgullo, es la satisfacción de los invitados al terminar el convite. Lo hice en La Espuela, muy cerca de Castellón, y la verdad es que fue un acierto.
La verdad es que una boda son muchos gastos y muchos aspectos a tener en cuenta. Dicen que ronda los 16.000 euros, ya os digo que la mía fue más. Desde los vestidos, los anillos, los invitados, el viaje de novios…vamos que todo te sale por una pasta. Pero cuando tú recuerdas una boda, siempre lo haces por si comiste bien o mal. De corazón os digo que nadie me da la enhorabuena por lo bien que salió la ceremonia, o por lo guapa que iba, las alabanzas siempre han sido por lo bien que comieron.
El convite tuvo lugar en este sitio que se encuentra entre las localidades de L ´Alcora y Onda, a tan sólo 20 minutos de Castelló. Una finca situada en un lugar privilegiado, un paraje natural, rodeada de pinos, algarrobos y olivos. Es ideal para la celebración de bodas civiles, pues s puede celebrar allí mismo.
La Espuela tiene una carta muy variada, incluyendo platos tradicionales como el arroz con perdiz o las manitas de cerdo con menudo, con otros de mayor «modernidad» gastonómica como el tataki de atún muy bien elaborado. Lo mejor es que os acerquéis. Aunque no dejeís la posibilidad de tomar el arroz con rabo de toro o el bacalao con coliflor. Es cosa de dioses. Se suele decir que la novia no recuerda ni lo que comió en ese día tan especial, pues yo debo ser la excepción que confirma la regla. Porque me acuerdo de un rabo que estuvo de antología.
Además, son muy adaptables, tienen en cuenta a aquellos con necesidades especiales en la comida como diabéticos, alérgicos, vegetarianos (algo muy importante). Te ofrecen soluciones y orientación para resolverlo todo.
Además si reservas tu boda antes de una fecha concreta, te hacen unos descuentos en el precio que son muy apetecibles. El mio por ejemplo fue por 80 euros, con barra libre incluida. Por supuesto pudimos degustar el menú.
Y luego hubo pequeños detalles que me encantaron. Por ejemplo un parque infantil al aire libre con multitud de posibilidades, castillo hinchable, cars. Somos una familia grande, y la verdad es que los padres se despreocuparon de dejar allí a sus niños. También hubo acceso a minusválidos y carros de bebés en todas las instalaciones.
Problemas de aparcamiento no hubo, pues tiene una capacidad para 1.000 vehículos, que ni por asomo lo completamos. Además tuvimos la posibilidad de alquilar un carruaje donde me sentí como una reina.
Supongo que las parejas que estén a punto de dar el paso, ya están mirando sitios. Desde mi modesta opinión os recomiendo este lugar como uno de los mejores sitios para celebrar tu boda. Ya me contarás si llevaba razón o no. Porque como os digo, de vuestro vestido, del regalo recuerdo que se entrega, de ese, de ese, nadie se acordará.