A todos nos gusta quedar con los amigos para tomar unas cañas y charlar un rato, o salir un viernes al finalizar el trabajo y picotear algo con los compañeros, pero a veces algo tan simple, agradable y cotidiano como esto se convierte en un problema, en el caso de que seas una de esas personas que, en un porcentaje alto en la sociedad, padecen de sensibilidad dental o incluso de hipersensibilidad en los casos más graves.
España es un país eminentemente social, parte de nuestro ocio lo asociamos a una reunión con amigos o familiares alrededor de una mesa, compartiendo comida y bebida, en medio de conversaciones, bromas y risas, ya sea en casa, en un bar o simplemente en una tasca tomando un pincho. Lo importante es la reunión y el disfrute, pero si cuando tomas o ingieres algo que está caliente o frío y esto provoca un intenso dolor agudo, te das cuenta que algo no marcha bien y es que lo normal sería que los dientes no duelan, por ello, para algunas personas esta molestia constante y este dolor agudo que se genera a la hora de comer o beber les crea una enorme sensación de malestar que los va apartando poco a poco de la vida social.
Esta es una causa muy común por la que la gente acude a la consulta del dentista y lo hace con una gran urgencia para no quedar excluidos de su entorno social. Por ello, para solucionar el problema con la mayor celeridad posible y con la máxima de las garantías, nosotros os recomendamos que visitéis la Clínica dental del Dr. Maroto y la Dra. Vellón, quienes podrán atenderte y explicarte en qué consiste la sensibilidad dental, a qué se debe y cómo abordarla. De hecho, la doctora Almudena Vellón, odontóloga y especialista en estética dental, podrá explicarte que los dientes poseen una capa de esmalte que los protege y que bajo esta se halla la dentina, la cual contiene unos pequeños tubos que conectan los nervios transmitiendo el dolor y sensibilidad cuando el esmalte falla. No obstante, para que lo tengáis en cuenta, las principales causas que afectan a los dientes y originan que estos se vuelvan sensibles son:
- Cepillarse los dientes con demasiada fuerza o con un cepillo dental muy duro.
- Uso de productos inadecuados o demasiado abrasivos para blanquear los dientes.
- Caries dental.
- Gingivitis o enfermedad de las encías.
- Esmalte dental desgastado.
- Raíz dental expuesta.
- Dientes que se han partido o fracturado.
- Seguir una dieta rica en alimentos ácidos que pueden dañar el esmalte como naranjas, limones, tomates, té, etc.
- Una mala higiene bucal, lo que provoca que se forme sarro, caries, etc. por lo que los dientes se vuelven más sensibles.
También, dependiendo del origen de la causa que produce la sensibilidad dental, el especialista nos indicará el tratamiento oportuno, siendo los más comunes:
- Una pasta dentífrica especial para dientes sensibles. Esta pasta cubre los dientes con componentes como el nitrato de potasio que bloquean la transmisión del dolor al nervio. Es el método más sencillo y económico, si bien debe realizarse durante un tiempo continuado.
- Aplicación de un gel fluorado. Esta técnica que se realiza en la consulta con elementos como la hidroxiapatita es para fortalecer el esmalte del diente y reducir la transmisión de sensaciones al nervio dental.
- Utilización de un colutorio especial para dientes sensibles, con el fin de llegar a los espacios interdentales que el cepillado no llega.
- Colocación de una corona o un empaste. Para corregir algún defecto o caries.
- Si la sensibilidad persiste y no puede tratarse por otros medios.
- Por supuesto y, ante todo, una buena y correcta higiene dental es la clave para prevenir cualquier dolencia.
¿Qué alimentos debemos evitar si sufrimos sensibilidad dental?
En caso de sufrir este problema debemos de tener en cuenta que los milagros no existen, por ello, lavarse los dientes con carbón es una estúpida y peligrosa moda que no debemos de seguir, así como también debemos de evitar los siguientes alimentos:
- Alimentos muy fríos o muy calientes, como el helado o el café, por poner los dos extremos como ejemplo.
- Alimentos con un alto contenido en azúcar, como bebidas alcohólicas, cervezas, licores, vino, dulces, caramelos, etc.
- Frutas con alto contenido ácido o cítrico, como fresas, pepinillos, naranjas, limones, etc.
- Refrescos y bebidas gaseosas o carbonatadas, pues son ácidas y erosionan el esmalte de los dientes.
- Bebidas deportivas por su alto contenido en azúcares.
- Zumos y jugos comerciales por la gran cantidad de azúcar y sustancias ácidas que conllevan.
- Alimentos duros. Los frutos secos son un alimento que puede ocasionar fracturas en las piezas dentales, del mismo modo que masticar hielo.