Los niños son también parte fundamental dentro de nuestro blog de amantes de la buena, y es que ellos han de aprender a educar el paladar desde que son muy pequeños. Muchos son los padres que están preocupados por aquello de que su hijo come poco o, especialmente, porque no come de todo y le faltan nutrientes esenciales.
Así, en el artículo de hoy vamos a daros algunos pequeños consejos para hacer la hora de la comida una tiempo más ameno, placentero y, sobre todo, sin terribles peleas que acaban con la comida salpicada por todas partes y terribles berrinches que ensordecen a cualquiera.
– Lo primero para que el niño sepa y esté concienciado de que es la hora de comer es situarlo en un lugar que asocie a ello, como puede ser una trona. Es también un lugar cómodo. Podemos encontrarlas en cualquier tienda como Reino Bebé.
– Puedes convertir también la hora de la comida en la hora de la pintura o de cualquier otro juego que a él le guste. De esta forma asociará este tiempo con una actividad de su agrado y será menos reticente. Al estar entretenido tampoco prestará mucha atención a aquellos ingredientes que menos le gustan.
– En lugar de llenarle los platos para que le dé más pereza comer esas ingentes cantidades, podemos poner pequeñas porciones que le animen y después ir motivándolo para que repita y se sienta un gran comedor por ser capaz de ingerir “varios platos”.
– No es necesario que el niño coma tres grandes platos al día. De hecho, los médicos recomiendan hacer cinco comidas al día, así que podemos ir aprovechando para educarlo de esta manera y ponerle varios platos.
– Camufla aquellos alimentos que diga que no le gustan. Por ejemplo, que si la cebolla no le va, puedes ponerla en pedacitos pequeños dentro de una tortilla, pero con cuidado de cortarla en cachitos diminutos, ya que si la descubre perderás el crédito para repetir esta operación en otra ocasión. Entre los alimentos del mismo color se camufla muy bien la comida. Por ejemplo, el pescado apenas se ve entre el arroz blanco.
– Puedes darle comida basura o rápida pero que sea saludable para incitarle más a comer. Por ejemplo, prepara tus propias hamburguesas con carne buena comprada en la carnicería o incluso haz pizzas con ingredientes como verduras.
– Si no es muy partidario de la fruta, una forma de esconderla y que no sea consciente de que la está comiendo es hacer macedonias con pedacitos bien picados o dársela en zumos, aunque estos no lleven todas las propiedades. La fruta se ingiere muy bien también con el yogur.
– Prueba juegos a la hora de comer como el de vendar los ojos. Este es muy bueno para aquellos que son reticentes a probar sabores nuevos. Podemos decirle al pequeño que ganará si adivina de qué alimento se trata el que va a probar con los ojos vendados. Y tendremos ocasión de introducir nuevos alimentos, desconocidos para él.
– Una forma divertida de que coma las verduras es dibujar con ellas en el plato. Es decir, puedes presentárselo como una carita, con los espárragos haciendo de boca o las rodajas de berenjena a modo de ojos. Puedes animarla a que se vaya comiendo los dibujos.
– Otra forma de motivar al niño a comer es cocinar con él, de manera que tenga ganas de probar lo que él mismo ha hecho contigo en los fogones. Eso sí, ten cuidado de que no se queme ni se haga daño.
– Prueba a darle recompensas si come. Por ejemplo, si se acaba el yogur, saldrás a dar un paseo con él o a los columpios. Eso sí, lo que prometas has de cumplirlo, ya que si no dejará de confiar en ti y el truco no te servirá para utilizarlo en otras ocasiones.