No hace mucho tiempo acudí a un bar andaluz que acababan de abrir muy cerca de mi barrio. La comida era pasable, la relación calidad-precio de la cerveza era lo más aceptable, sin embargo lo que más me llamó la atención es que uno de los camareros iba en chándal. Sí, he dicho chándal. Para más datos el de hace dos temporadas del Real Madrid. Algo que me dejó con la boca abierta, y me hizo pensar si ese camarero no tenía un jefe que le dijera un par de aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de querer dar un trato al público.
En plena crisis económica se nos llena la boca al hablar de innovación, de marca con personalidad, de reinventarse. Pero claro, si fallamos en aspectos tan básicos como éste, mal vamos. Seguramente que ese camarero no renga tiempo para leer este artículo, quizás esté trabajando o simplemente viendo el último gol de Cristiano Ronaldo, pero no estaría mal que alguien se lo comentara.
Partiendo de la base de que el uniforme de los empleados refleja la marca de tu negocio hay que intentar encontrar nuestro hueco. Ante todo, el uniforme que llevan debe permitir a tus clientes identificarlos. Sería de muy mal gusto que un comensal confundiera a otro y le pidiera, por ejemplo, la cuenta. Es decir, no es una buena idea que tu personal lleve ropa de calle. Tienen que usar ropa que los separe de los clientes, y que sea coherente, siendo la misma para todos. Así que lo mejor es que te pongas en manos de empresas que sean mayoristas de ropa.
- Los uniformes deben reflejar la personalidad de un establecimiento. Ahora bien, no intentes imitar a Chicote y les plantes a tus empleados más colores que el arco iris.
- Estamos acostumbrados a pensar en un camarero con camisa blanca y corbata, pero si la mayoría de tus empleados son mujeres, no te preocupes, tampoco hay que comerse la cabeza. Son muchas las empresas mayoristas de ropa de mujer que se pueden poner a tu servicio.
- No hay que olvidar que una vestimenta cómoda, elegante y respetable, facilitará el trabajo de los empleados. Además contribuye a dar una imagen profesional de tus empleados. Por eso todas estas normas tienen que quedar claras en varios manuales, que los empleados conozcan al dedillo. Asimismo, otros elementos como piercing y tatuajes deben estar bien aclarados.
- Hay que pensar en el cliente, y a ellos les debemos un respeto. De ahí que sea imprescindible que la camisa vaya metida por dentro, unos botones bien presionados y un uniforme limpio para fomentar la confianza en tu establecimiento. Está claro que ante una petición de un cliente que no se pueda atender, es mucho mejor que la persona que tenga que hacerle la observación vaya de manera impecable.
- No solo los camareros tienen que estar atentos a su vestimenta, gente de recepción, cocineros o chicas de lavandería también deben conocer este código.
Está claro que la ausencia de un código de vestimenta puede tener consecuencias negativas sobre tu negocio. Por lo tanto lo mejor es ponerte en manos de empresa que sea mayorista de moda.