La cultura vinícola en España es algo muy arraigado. Parece evidente que de los productos más populares españoles el vino ocupa un lugar destacado. Este producto además tenemos la suerte que tiene una gran calidad y lo producimos en importantes cantidades, pues si vamos a los rankings de producción, nos encontramos a la cabeza.
Una parte importante del vino que se consume a nivel mundial porta las señales de identidad de marcas con origen español. Son vinos que aparecieron en nuestro territorio que dejan claro la calidad de la tierra.
La industria del vino en España
Hay que tener claro que la importancia en España del vino no admite discusión, pues además trabajan muchas personas en el mismo, algo que se puede ver en la época de la vendimia. Las zonas más populares como Ribera del Duero, Rioja o La Mancha quedan repletas de personas recogiendo la uva que acabará por conformar el vino.
Además de ello, hay un grupo importante de personas que trabajan en un aspecto más industrial como es elaborarlo, por lo que como puede verse, hay muchas personas que viven del vino.
Empresas con experiencia en esta industria como Plantvid, creen que a nivel general en nuestro país, en ocasiones no se tiene la conciencia del alto nivel que tiene el vino español a nivel mundial y la industria relacionada. Hablamos de que es el cuatro productor del mundo y que también al mismo o incluso superior nivel en cuanto a calidad.
En publicaciones como Interempresas, se informa de la gran cantidad de espacio que llegan a ocupar los cultivos de vid en España. Una superficie que llega a ser de 954.000 hectáreas en España, lo que hace que el vino sea tan popular en nuestro país, porque el volumen es realmente grande.
No olvidemos que el vino es de esas señas de identidad del conjunto de la gastronomía española y hay muchísima gente que ve a esta industria como una excepcional forma de hacer un negocio que puede ser de elevada rentabilidad, puesto que cada vez un mayor número de personas optan por implementar de algún modo las distintas actividades en relación con el cultivo de vino en nuestro país. Esto hace que cada vez se compren más productos que lo que hacen es potenciar la comercialización de vino.
Uno de los productos que más nos representa
Existe una gran cantidad de productos que ayudan a que la gastronomía española esté considerada como una de las mejores del planeta. Sí, es verdad que las migas, el gazpacho o la paella son de esos productos que nos representan, pero el vino es lo que más, pues es el producto más internacional, estando presente en casi todo el mundo, algo que se vende y muy bien.
Esta es la razón por la que decimos que el vino es un producto de lo más adecuado para poner a nuestro país en el mapa. Sí que es cierto que, aunque hay países como Francia e Italia que tienen mucha potencia vendiendo vino, el español es uno de los que más ha calado en el mundo, porque tiene una alta calidad. Al final este aspecto es el que más marca las diferencia, aunque la fama del vino francés o del italiano sea mucha.
El vino es un producto de lo más destacado para la gastronomía de España, pero es que además es de esos productos en los que podemos marcar diferencias por esa calidad a la que aludimos. Hay que saber aprovechar que nuestra tierra es de lo más adecuada para la producción de vino, lo que nos debe llenar de orgullo y hacer evidente que la tierra española es de gran fertilidad y proporcionarnos grandes alegrías a todos los que participan de una manera u otra en ella.
Hay que tener todo esto claro cuando se habla de la cultura del vino en España, pues hay en una buena parte de la población un desconocimiento que no debería ser así. El caso es que en los centros e institutos no se habla lo que debería del vino y su importancia, lo mismo que debería de haber más formación en este sentido, pues al final conocer la importancia del vino y reconocerlo, es dar otro paso más para la mejora del mismo.
Las instituciones deberían fomentar más aún este conocimiento y que en España no hay nadie que no de la importancia que se merecen los caldos, pues son una fuente de riqueza que merece la pena tener bien cuidada, para nosotros y las generaciones futuras.